La Majada de Vegabaño

1.432 m. de altitud.

La Majada de Vegabaño es sin ninguna duda, uno de los lugares más espectaculares de los Picos de Europa. Situada a 1.432 m. de altitud se encuenta una inmensa pradera rodeada de bosques de hayas y de las cumbres del Cornión, uno de los macizos más agrestes de los Picos de Europa. Subir a esta majada es llegar a un lugar perdido donde la mente se queda quieta contemplando la imponente belleza de un entorno natural en estado puro.

La majada está salpicada de pequeñas cabañas de pastores, hoy en su mayoría restauradas. Donde en el siglo pasado los pastores de Soto pasaban largas temporadas, durante las estaciones de primavera y verano, dedicándose al pastoreo, al cuidado del ganado y a la obtención de leche y manteca. Por aquella época, Vegabaño estaba concurrido de una amplia comunidad de ganaderos en su mayoría jóvenes, de aquello solo queda unos pocos animales pastando, que son de algún vecino de Soto que se resiste a dejar su profesión, luchando por mantener una tradición centenaria que forma parte de estas montañas como las nieblas o el gris calizo de las cumbres. Las cabañas han quedado para otros usos como el esparcimiento.

En los últimos años en la majada de Vegabaño se han encontrado restos arqueológicos, se trata de un conjunto de Túmulos megalíticos. Son piras funerarias colectivas cubiertas de piedras y tierra que están datados entre el Neolítico y un momento indeterminado de la Edad del Bronce sobre el 3.000 a.c.

Vegabaño es el mejor lugar para contemplar la segunda cumbre más alta de los Picos de Europa. Al fondo de la majada surge Peña Santa con 2.596 m., que se muestra con una abrumadora verticalidad que hace las delicias de expertos escaladores que acuden a conseguir el reto de alcanzar su cumbre. A los pies de Peña Santa transcurre el río Dobra oculto entre la espesura de los hayedos que lo acompañan.

La excursión al paraje de Vegabaño es uno de los recorridos más completos que ofrecen las montañas y los valles de los Picos de Europa. La primera parte del itinerario recorre un extenso y frondoso hayedo con ejemplares retorcidos y caprichosas formas que llenan el bosque de colores y reflejos alucinantes, estamos ante el misterioso poder y el cautivador encanto del haya. Una excursión que no debería perderse nadie, apta por su sencillez para personas no entrenadas y niños que podrán descubrir las maravillas y secretos de un bosque encantado, especialmente durante el otoño.

Restos Megalíticos
en Vegabaño
Vegabaño
al fondo Peñasanta
Niebla entrando
en Vegabaño